domingo, 9 de febrero de 2020

LA COMPASION REIKI KARUNA




La compasión es una forma de empatía y afecto cuyo deseo es el alivio del sufrimiento de alguien. Conocida como karuna en el budismo, se refiere a esta compasión a veces como la “joya en la flor de loto.” La flor de loto simboliza el corazón o la mente que, con la práctica, se transforma en libertad, y la joya representa la compasión que aparece en el centro de esta flor. El sentimiento de la compasión sin restricciones es uno de los más bellos sentimientos que una persona puede experimentar, proporcionando un valioso significado y propósito a toda vida humana. Su presencia a veces se celebra en el budismo como una riqueza interior y como una fuente de felicidad.
Dada su importancia, el budismo no deja la manifestación de la compasión al azar. No tenemos que aceptar pasivamente cuán a menudo y qué tan fuerte la experimentamos. Al contrario, es posible desarrollar activamente nuestros sentimientos de compasión y hacer a un lado los obstáculos que los bloquean.
Debido a que las personas a veces confunden la compasión con sentimientos de aflicción, es útil distinguirlos claramente. La compasión no nos hace víctimas del sufrimiento, mientras que el afligirse por otro sí lo causa a menudo. Aprender a ver el sufrimiento en el mundo sin internalizarlo y tomarlo personalmente es muy importante; cuando lo tomamos personalmente es fácil llegar a sentirnos deprimidos o agobiados. Podemos evitar tomarlo como una carga personal u obligación si aprendemos a sentir empatía sin involucrar nuestros propios miedos, apegos y quizás penas que no hemos resuelto.
Esto significa que para sentir mayor compasión por los otros necesitamos entender nuestro propio sufrimiento. La práctica de la atención plena es una gran ayuda para esto. Con atención plena podemos ver mejor nuestro sufrimiento, sus raíces dentro de nosotros y el camino hacia la liberación del sufrimiento; podemos empezar a cultivar a la vez la ecuanimidad ante nuestro sufrimiento y la liberación del mismo.
En este sentido, es útil apreciar el gran valor de permanecer presente, abierto, y atento al sufrimiento, tanto al propio como al de los otros. A menudo necesitamos darnos tiempo a nosotros mismos para procesar eventos y experiencias difíciles y permitir que las emociones difíciles se muevan a través de nosotros. Cuando no se requiere una acción inmediata, permanecer atento al sufrimiento no requiere necesariamente mucha sabiduría ni técnicas especiales. Sobre todo se necesita paciencia y perseverancia. Una  suave atención plena de nuestro sufrimiento aumenta nuestra habilidad para sentir empatía por los problemas y los dolores de los otros. Da tiempo para entender y soltar. Mediante la práctica de liberarse de la reactividad habitual, tomamos el tiempo para ver y sentir más profundamente lo que está sucediendo. Esto permite que la empatía opere y que las respuestas más profundas surjan de nuestro interior. De esta manera, la compasión es evocada y no creada intencionalmente.
Algunas personas se muestran renuentes a cultivar activamente la compasión porque les preocupa que pueda ser poco sincera o artificiosa. Otros temen que los vuelva sentimentalmente ingenuos o que les impida ver a los demás con claridad o de manera realista— tal vez por temor a que se aprovechen de ellos si son compasivos con los demás. Ya que nuestros esfuerzos por ser compasivos pueden desviarse, vale la pena tener en cuenta estas preocupaciones. Sin embargo, ya que hay maneras sanas para aumentar nuestra compasión, las preocupaciones no tienen por qué inhibir nuestros esfuerzos para cultivar la compasión.

Un requisito para cultivar la compasión es un sentimiento de seguridad. Es más fácil sentir compasión si hay seguridad y muy difícil si no la sentimos. Por lo tanto, para desarrollar una vida confiada y compasiva, puede ser provechoso encontrar maneras apropiadas para sentirnos seguros.Encerrándonos en nuestra casa,  puede ser que nos sintamos seguros, mas no nos lleva a acrecentar la compasión por los demás. Aprender a sentirnos seguros en medio del ajetreo de la vida es más útil. Así mismo, la práctica de la atención plena nos apoya para enfrentar a algunas de las ansiedades y ensimismamientos que nos hacen más propensos a sentirnos amenazados.
Es importante no sentirnos obligados a ser compasivos porque a menudo esto lleva a la autocrítica y a las tensiones que interfieren con el surgimiento de una compasión natural. El budismo no exige que sintamos empatía y preocupación por los demás.  Nos dice, sin embargo, que tenemos la capacidad para ser compasivos y que serlo es un maravilloso beneficio para nosotros mismos, para los otros y para la práctica de la libertad. El enfoque puede ser cómo la compasión nos enriquece en vez de cómo nos empobrece.

FUENTE:




LA LLAMA TRINA

LA LLAMA TRINA







 la Llama Trina es el potencial de nuestra divinidad. Es la que permite la precipitación en la materia de la consciencia Crística proveniente del espíritu.

Esta Llama Trina se aloja en un campo de fuerza llamado la "Cámara secreta del corazón" el cual se localiza dentro de nuestro corazón físico. Esta cámara es el punto de conexión del cordón plateado de luz que desciende desde la  presencia "Yo Soy" para sostener nuestra vida, dándonos propósito e integración cósmica.

Este centro de energía posee tres llamas que son las transmisoras de los dones divinos. La llama azul se encuentra hacia la izquierda, la llama Rosa se encuentra a la derecha y la llama Dorada se localiza en el centro. La Llama Trina nos brinda tres dones básicos de Dios que son: Poder (Azul), Sabiduría (Dorado) y Amor (Rosa).

Dentro del corazón de todos y cada uno de nosotros flamea la esencia Divina que es la misma en todos, prescindiendo de religión, color o condición social, que denominamos "El Cristo Interno", el anclaje de la "Magna Presencia YO SOY".

Del lado izquierdo de tu corazón flamea una Llama Azul, que es la Voluntad, la Fuerza, la Fe de Dios; en el centro, flamea la Llama Dorada, que es la Sabiduría de Dios; y del lado derecho flamea la Llama Rosa que es todo el Amor, la Actividad de Dios.

Es allí donde Dios se encuentra "más cerca que tus propias manos y tus pies". Por eso, nunca puedes decir que eres débil y que no tienes fe porque toda la Fuerza y la Fe de Dios la tienes ya anclada en el corazón. No puedes decir   que no sabes, porque toda la Sabiduría de Dios la tienes ya anclada en tu corazón. No puedes decir que odias y que detestas algo o a alguien porque todo el Amor de Dios lo tienes ya anclado en tu corazón.
CUANTO MAS ACTIVES LA LLAMA TRINA, MAS ACTIVARAS LOS DONES DIVINOS QUE RESIDEN EN TU CORAZON.

EN AMOR Y GRATITUD,



fuente:la llama trina blogspot.
EL ANGEL DE LA GUARDA.



Nuestro Ángel de la Guarda, es uno  de nuestros cuerpos de Luz, se lo conoce como la Conciencia Santo Ser Cristico, o como Nuestro Ser Interno. En el chamanismo es nuestro Animal de Poder.
al Reconectar con nuestro Ángel de La Guarda debemos conectar con nuestro corazón, que es el centro energético que nos permite  INGRESAR al Reino Angelico.
Cuando logramos empezar a aquietar la mente y llevar la respiración a nuestro corazón , vamos a empezar a abrir una puerta de infinitos viajes que nos va a traer infinitos cambios a nuestra vida porque vamos a redescubrir quienes SOMOS, para que estamos aquí, por que nos suceden ciertos acontecimientos en la vida y sobretodo nos conectaremos con el AMOR.
El estado de AMOR  solamente se puede experimentar en un estado de COMPASIÓN Y FE.



COMO CONECTAR CON TU ÁNGEL DE LA GUARDA?

Busca un espacio y tiempo  para estar tranquilo contigo mismo.
Siéntate cómodamente y conecta con tu respiración.
Lleva al respiración a tu centro del corazón hasta escuchar sus latidos.
cuando sientas que estas calmado, y muy liviano, lleva la atención al centro de tu pecho y visualiza o siente una llama de tres colores: La Llama Trina. 
esta llama es de color rosado dorado y azul. siente cómo con cada inhalación y exhalación la llama crece hasta convertirse en un gran fuego que te contiene. siente como estas contenido por el Amor, la Sabiduría y el Poder Divinos.
cuando sientas que estas cada vez mas liviano, sin peso, ni forma, ni limitaciones, lleva la atención al centro de tu pecho y visualiza una puerta, que al abrirla te lleva a un hermoso lugar de la naturaleza y allí empieza a llamar a tu Ángel de la Guarda, hasta que se manifieste como un ser, una luz, un símbolo o imagen. Pídele que te revele su nombre. 
Su nombre es la llave de conexión con El.
Pregúntale lo que necesites resolver , protección o solamente pide el mensaje que tiene para vos.

Repetí la meditación tantas veces como necesite tu mente dejar de bloquear a tu corazón y empezaras a recibir sus mensajes.
toma un cuaderno para hacer los registros de tus experiencias.



EN AMOR Y GRATITUD

serentuexistencia


Ahora para escuchar mi nombre, solo tienes  que  tranquilizarte, aquietarte  y  escuchar  con tu corazón. Antes…. Respira  profundamente  tres veces, mientras  lo haces, piensas  que  estas  inhalando  aire fresco  y  dorado  que emana  de  mi corazón  angelical. Yo te abrazo y  con  profundo  amor,  te acerco a mi pecho…piensa  ahora  que estás  viendo  a  muchos ángeles  que  transportan hacia ti  todo  el  aroma   del campo… te  bañan  con  las  esencias  mi sutiles… Resplandeces  y  eres  feliz…  ahora  te  susurrare  mi nombre …escucha   con  el  oído  del alma… te  amo  profundamente.  Yo  soy  tu Ángel  de  la  Guarda  y  mi  nombre es: —————. Extraído  del  libro  el  poder  de  los Ángeles  de  Adolfo Pérez Agustí.